En el caso del mal de amor, disminuye la liberación de las hormonas de la felicidad dopamina y serotonina, que son particularmente activas en los amantes. Una situación de separación genera estrés, deprime el estado de ánimo y nos bloquea.
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En momentos de estrés, nuestro cuerpo aprovecha nuestras reservas de energía. La tristeza y la desesperación impiden la producción de sustancias que nos hacen sentir bien. En este sentido, el mal de amor es similar al proceso de duelo.
Cuando estás cerca del cuerpo, por ejemplo al hacer el amor, el organismo produce hormonas de unión como la oxitocina. La hormona del abrazo refuerza el vínculo y, tras una aventura erótica, por ejemplo, desencadena la alegría exultante de haber conocido al amor de la vida.
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En nuestro cerebro se aborda el centro de recompensa, que almacena las vivencias de estos bellos momentos y pide repeticiones. Si estas experiencias no ocurren, el flujo de las hormonas del apego se interrumpe y el centro de recompensa se retira. El mal de amor está anclado en lo más profundo de nuestros procesos psicológicos y biológicos. Todos tienen la angustia programada en ellos.
En realidad, no tiene nada que ver con la persona que extrañamos, sino que surge en todos y es experimentado por todos individualmente. Dado que hoy se conoce el origen de los dolores de amor, el mal de amor puede superarse y tratarse de manera selectiva si se vuelve demasiado grave.
¿Cuáles son las razones del mal de amor?
Las personas enfermas de amor se sienten paralizadas, vacías, solas y perdidas por dentro. De repente, el ser querido ya no está, falta la relación cotidiana con llamadas telefónicas, correos electrónicos y SMS. Frente a familiares, amigos y compañeros estás de nuevo solo, la relación de pareja ya no existe.
El mal de amor puede surgir por varias razones: solteros que son infelices en el amor, parejas con problemas de relación o debido a una ruptura .Si alguien ama a otra persona, lo único que quiere es que la persona sienta los mismos sentimientos intensos.
Sin embargo, la idea del amor romántico que lo abarca todo tiene poco en común con la vida cotidiana normal. Pero el incumplimiento de este deseo sincero es a menudo el desencadenante del mal de amor.
